La danza de las preguntas
Bailar puede ser algo muy íntimo, como el cúmulo de experiencias atravesadas por procesos muy internos de comprensión de la configuración corporal, del movimiento, de la relación con la gravedad, la vivencia del espacio y del tiempo, tanto en la escala de un fraseo como a lo largo de una vida. La danza es un lenguaje personal, singular, que abre el entramado de significados en el mundo; pero cuando pienso en sus pedagogías, surgen muchas preguntas. ¿Se puede enseñar a bailar? ¿Qué puedo aprender del otr@ a danzar? ¿Cómo trasmitir esa experiencia tan íntima? ¿Cómo sistematizar la configuración personal? ¿Qué se puede integrar en la enseñanza? Por ende, lo que es más complejo: ¿qué queda por fuera?
En el proceso de enseñanza-aprendizaje, hay dos grandes dificultades, hablando en términos foucaultianos: es inevitablemente una relación asimétrica de poder e implica una forma de disciplinamiento, más aún cuando está dentro de un sistema de formación académica. Desde este punto, me parece que caben más las preguntas que determinantes respuestas. ¿Cómo la relación docente puede ser política y no coercitiva? ¿De qué modo el maestro ignorante, en términos de Ranciere, se puede desarrollar en la institución académica? ¿Cuál es el lugar de la gentileza, pensando en términos de Paulina Peñaherrera, dentro de un sistema que nos avasalla, que precariza nuestras vidas en horrendas escalas?
En segundo lugar, creo que es muy necesario dar nuevos significados a lo que puede ser la disciplina, aunque suene contradictorio. Si bien ésta es, en un punto, limitante, coercitiva, en otro es generadora también, porque la experiencia del logro de las destrezas técnicas está inscrita en el placer, en el goce. Tal vez cabría preguntarse: ¿cómo generar procedimientos reflexivos y críticos? ¿Cómo se pueden abrir caminos para que las generaciones que vienen exploren con amplitud su libertad integral en estas estructuras que constantemente se cierran? ¿De qué formas se pueden propiciar metodologías que abran posibilidades de transformación comunitaria?
Me gustan las preguntas porque son una invitación a pensar respuestas siempre provisionales, que se van transformando en el encuentro del diálogo. Tengo principios con los cuales organizo la cotidianidad en sus múltiples dimensiones. Bailar se extiende en cada aspecto de la vida: emociones, sensaciones, sentimientos, pensamientos, acciones danzan en mi día a día prestas para crear condiciones de conexión sensitivas que abran posibilidades variadas de vivir el mundo.