Oscar Santana

Desde hace unos dos años he comenzado a sentir un fuerte interés por la investigación en el movimiento. Inquietud que nació al notar que la danza la construyo, no solo con moverme en el escenario. Me gusta experimentar con eso que está escondido a mi vista, con lo obvio, me gusta sorprenderme, me gusta nombrar y escribir lo nombrado; nombrar y bailar para transmitir, guiar y aprender.

Recuerdo alguna vez, hace poco menos de 20 años, haber tenido una conversación en la Universidad en la que una compañera me preguntaba ¿por qué y para qué bailaba? una de esas conversaciones entre clases y que seguramente ella no recordará. Veo su insistencia en convencerme de que yo bailo para el público. La danza se ha convertido en mi ancla, en algo de lo que nunca he dudado, aunque también recuerdo haber llorado varias veces en salones gigantes o esperando el bus, por no poder entenderla o alcanzarla. Al igual que le respondía tiempo atrás con muchas dudas y sudor, hoy confirmo quizás con más dudas, miedos y sudor seco, que, sigo bailando para mí.

Mudarme a Ecuador fue la decisión que determinaría mi carrera en la danza; aquí aprendí -y aún lo sigo haciendo-, que en este proceso me he equivocado enormemente, pero también, encontré caminos por los que aún me sigue gustando transitar. Cuatro Pies fue un primer acercamiento consciente a mi movimiento a través de la enseñanza, con este, decidí un lugar desde el cual podía proyectarme y seguir bailando, un punto de partida que marcó una búsqueda en el entendimiento de él/mi movimiento. Desde ahí, el trabajo con coreógrafos, bailarines e investigadores, algunxs más conocidos que otros, pero no por ello menos importantes, me mostró la diversidad de métodos y lo extensa que puede llegar a ser la pesquisa del sentirme satisfecho ¿en qué punto la investigación se termina?

Valoro el proceso paralelo a la investigación, ese que viaja más allá del producto o del conocimiento final, ese que me muestra, con el tiempo, que voy entendiendo la forma que tengo y la que deseo cultivar. Creo que este camino del estudio, me encamina en la búsqueda de algo particular dentro de tanta incertidumbre, a ratos con objetivos que buscan estructura, y otros con ideas llenas de expectativas e imágenes sin sentido, que varían de un cuerpo a otro. Segundo a segundo; me encamina a buscar nuevas anclas y enterrar los pies, a confiar en lo que creo y a generar un discurso, a pensar mi danza desde los pies, desde la experiencia de bailar y moverme; a repensar la danza como una proyección de mi forma de vivir y convivir y especialmente me da la libertad de seguir equivocándome sin sentirme juzgado. Los rayones del sofá en el ir y venir son fundamentales, algunos a pesar de ser más visibles que otros, son la base de mis recuerdos, de las experiencias que me llaman a consolidarme.

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