Marcela está dentro de un grupo de niñas vestidas con trajes de danza folclórica, llevan flores en la cabeza.

Marcela Correa

Cansada de estar sentada leyendo textos para la carrera de filosofía, que entonces cursaba en la Universidad Católica, me encontré con el nombre de Wilson Pico y sus cursos de danza contemporánea frente a los edificios de la facultad. Me inscribí y al cabo de un tiempo, lo que abandoné fue la licenciatura, no la danza. Luego vino el Yaradanza, el Frente de Danza que creamos en el 86, la maestría en Terapias por las Artes Expresivas con mención en danza ya instalada en la ciudad de Boston. Y en esa ciudad, llegaron los hijos. Belleza; sigo haciendo loncheras después de 23 años, aún me hacen feliz, y feliz me hace también seguir pensando el cuerpo y sus posibilidades, sus lenguajes, la escena o insistir en hilar proyectos que surjan de imaginar este arte, persistir en el mundo de la danza contemporánea.

error: Contenido protegido