Aprendo cada segundo de mi vida. Aprendo con la vida misma. Ella es mi mayor maestra. Aprendo con cada respiración, haciéndola consciente. Caminando el día a día para vivir más en el presente. Para bailar el aquí y ahora.
La poesía de la fisicalidad busca que cada persona encuentre su propia expresión, su propia manera de moverse; percibir el peso del cuerpo y la fuerza de gravedad, sentir el apoyo del cuerpo en el piso y concientizar que es posible empujar, ceder, fluir, detenerse, jugar como un niño, buscar invertidas, relajarse y sentir como el cuerpo reacciona con cada impulso.
La idea principal es que cada uno encuentre por dónde necesita su cuerpo moverse, porque el cuerpo es inteligente y el cuerpo nos está hablando siempre.
Cada ser humano que vive en esta Tierra es un mundo propio, porque tendríamos que bailar igual, sentirnos iguales, tener los mismos gustos. Encontremos nuestra esencia y seamos sinceros con lo que cada cuerpo, ser, necesita.
Esta belleza de encontrar la poesía de la fisicalidad no es necesariamente bella para el o la otra, para el o la que miran, sino para el o la que se está moviendo. A partir de esto se generan conceptos personales de cómo ser eficiente con el movimiento y sentirse a gusto o no con lo que se está haciendo.